Un verdadero macho

Tengo la boca reseca. Tengo el corazón en llamas. Una piba se mueve arrastrada por algún varón. Él tira de su brazo y ella ofrece un poco de resistencia, pero muy poca. Él la acomoda como quiere y ella cede. Él ríe, mira a un amigo y ríe. Fuma y ríe. Ella sonríe tímidamente, tal vez con temor.

—No deberías dejarte tratar así— le digo.

—¡Salí, desubicado!— grita ella.

Su muchacho se me viene encima. Fuma y cree ser genial. Yo toso un poco porque ya fumé y no es genial.
Viene con un aire de verdadero macho. Estoy demasiado rendido para llevar adelante una situación así. Lo convenzo con algunas palabras, las de la experiencia.
Adentro hay humo y se dificulta respirar, pero aspiro, aspiro y aspiro. Bailo de frente a un láser que me vuelve loco.
Tengo la boca reseca. Tengo el corazón chamuscado.
Cosas de todos los días.
¿Y en dónde estás vos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario